viernes, 3 de febrero de 2012

MANRESA: CIUDAD MILENARIA







Quiero dedicarle una entrada a la ciudad de Manresa, pues hace unas pocas semanas ha  cambiado mi opinión sobre esta ciudad. Imagino que tendría prejuicios preconcebidos.  A pesar de haber ido en varias ocasiones, aunque no de manera pausada y con tiempo, tenía un concepto un tanto distorsionado de la realidad pues consideraba que  Manresa era una ciudad muy gris con  un pasado industrial, pero sin ningún atractivo.  Así que pretendo resarcir a la ciudad alabándola con los excelentes barrios y edificios que me encontré en mi última visita.

Manresa es una ciudad del interior de Cataluña que se encuentra a unos 65 kms de Barcelona ciudad. Se trata de una ciudad de tamaño medio con unos  78.000 habitantes y que ha sido habitada desde la época de los iberos.
Manresa es una ciudad milenaria que ha conservado, en sus calles y sus monumentos, la huella de una historia con tres momentos álgidos, que coinciden con las épocas más representativas de la historia de Cataluña.

La ciudad gótica y medieval: Durante los siglos XIII y XIV Manresa se transformó en una de les urbes más prósperas de Cataluña,se construyó una nueva muralla; se edificaron tres grandes iglesias: la Seu –que preside la ciudad como si fuese una catedral–, el Carme y Sant Pere Màrtir, y se construyieron dos puentes y la gran obra de la Sèquia, que aún hoy lleva a Manresa el agua del Llobregat. De aquella Manresa medieval se conserva las calles del casco antiguo con trazado irregular y tortuoso.

San Ignacio y la época barroca: Según cuenta la tradición San Ignacio de Loyola se retiró a Manresa una temporada para meditar y escribir sus célebres Ejercicios Espirituales. Con los años, la sencilla cueva de su estancia se ha convertido en el edificio más monumental y fastuoso de la ciudad. En los siglos XVII y XVIII, con una pujante industria de la seda, volvió a ser una de las ciudades punteras y la pequeña nobleza y la burguesía construyeron los típicos caseríos barrocos, que aún se conservan.

La época industrial y modernista: Durante el siglo XIX y principios del XX, los ríos Llobregat y Cardener se convirtieron en el principal eje industrial del país. Apareció un próspero grupo de industriales, que impulsó la construcción del ensanche moderno. Esta nueva Manresa, luminosa y elegante, se estructuró entorno al Paseo, que se convirtió en la zona residencial de la burguesía y en lugar de recreo de todos los manresanos. Como resultado, las calles llenas de vida de la Manresa comercial, ostentan hoy en día una extensa y espléndida muestra de edificios modernistas, como el Casino, la Casa Lluvià o Ca la Buresa. 




La Seu de Manresa es el principal monumento manresano, fue diseñada por Berenguer de Montagut, que también proyectó obras tan importantes como Santa María del Mar, en Barcelona.

Exterior de la cueva de San Ignacio de Loyola que es uno de los elementos más visibles de la entrada de Manresa


Interior de la cueva: Según la tradición  san Ignacio de Loyola se retiró una temporada para meditar y escribir sus célebres Ejercicios Espirituales. Con los años, una sencilla cuevecilla se ha convertido en el edificio más monumental y fastuoso de la ciudad
Cal Jorba: Durante muchos años la sede de los populares almacenes Jorba, obra de Arnald Calvet, arquitecto que había proyectado la Casa Jorba del Portal de l’Àngel, en Barcelona. Es uno de los pocos ejemplos de art déco que hay en Cataluña.

La Casa Torrents, conocida popularmente como Ca la Buresa, en la plaza Domenec que proyectó el arquitecto Ignasi Oms i Ponsa en el año 1905 por encargo de una de las familias más adineradas de la Manresa de principios de siglo XX: los Torrents

Fachada de la confiteria L'Englatina en pleno centro de Manresa.
En cuanto a recomendaciones de la ciudad, no podéis olvidaros de pasar por la confitería centenaria  L’ Englatina en la calle del Born  o bien tomaros un té moruno en la famosa teteria La Palmera en pleno barrio del centro . Y a nivel de curiosidades también destaca una barbería que conserva todo el mobiliario de mediados del siglo XX.
Como siempre os digo si pasáis cerca de Manresa o estáis en Barcelona, la ciudad  bien merece una visita y seguro que os sorprende.