jueves, 2 de agosto de 2012

ANFITEATRO EL DJEM







Hoy quiero hablaros de otras de las joyas arquitectónicas de Túnez y que tuve la oportunidad de visitar en mi periplo por Túnez hace ya algunos años,  se trata del anfiteatro de El Djem, también llamado coliseo de Thysdrus, concretamente está situado en la ciudad de El Djem.
Se trata del mayor anfiteatro romano de África y el cuarto del mundo, por detrás del Coliseo de Roma, el Anfiteatro de Capua y el Anfiteatro de Pozzuoli. Para que os hagáis una idea de su gran tamaño tiene unas medida de 147,9 m de largo y 122 m de ancho, y el terreno interior es un óvalo de 64,5 por 38,8 m. Tenía capacidad para albergar hasta 35.000 espectadores.
Fue construido en 238 d. C. por el procónsul Gordiano, bajo el reinado del emperador Maximino el Tracio. Probablemente fue escenario de combates de gladiadores, carreras de carros y otros juegos de circo. Y según nos contaron los guías locales  algunas de las escenas de la película Gladiator de Ridley Scott fueron rodadas en este anfiteatro.




















A pesar de que algunas de sus piedras se reutilizaron para construir la ciudad de El Djem, aún se encuentra muy bien conservado. Parece ser que se mantuvo intacto hasta el siglo XVII; según la tradición árabe, a partir de 1695 se comenzó a demoler la fachada exterior. Aún se conservan los fosos de los leones y un sistema muy elaborado de canalizaciones y cisternas para la recogida del agua de lluvia. El anfiteatro fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.
El  anfiteatro ha sido centro de varias leyendas entre las que destacan:
- Que en el interior del coliseo hay un tesoro escondido; la joven de El Jem capaz de matar a un cordero y de hacer de su carne un buen cuscus (plato típico tunecino), y de su lana una bonita alfombra, encontrará ese tesoro .
-Los habitantes de la ciudad de El Jem creían que el mero hecho de edificar sus casas con unas piedras del anfiteatro alejaría los escorpiones y las serpientes venenosas.
- Otra leyenda acerca del anfiteatro está relacionada con la Kahena, la legendaria reina berebere que se opuso a la invasión árabe, para lo cual aplicó la táctica de la «tierra quemada» e incineró 150.000 hectáreas de olivos de El Jem. La Kahena, con sus combatientes, se refugió en el interior del edificio y los árabes, que lo habían sitiado, pretendían forzarla a rendirse por falta de agua y de víveres. Sorprendentemente se cuenta que la reina aparecía mostrando unos peces vivos, de lo cual se deduce que existía un túnel comunicando el anfiteatro con el mar. Parece ser que Kahena resistió el asedio cuatro años, pero según la leyenda, fue traicionada por su joven amante, que la apuñaló y envió su cabeza embalsamada al jefe del ejército árabe.
Así que definitivamente el anfiteatro el Djem se trata de un lugar imprescindible si visitáis Túnez.