Este es uno de esos libros que solía ser de obligada lectura en los tiempos en los que yo estudié el bachillerato, pero no recuerdo el porqué no lo leí en aquella época. Así que cada inicio de curso lo encontraba en la mesa de lecturas para estudiantes, por lo que hace un par de años lo compré y lo incorporé a la pila de libros pendientes de lectura. Y por fin no hace mucho tiempo lo acabé leyendo.
Como siempre os adelanto la trama: El protagonista de esta novela es uno de los personajes más memorables de la literatura norteamericana: Ignatus Reilly -una mezcla de Oliver Hardy delirante, Don Quijote adiposo y santo Tomás de Aquino, perverso, reunidos en una persona que a los treinta años aún vive con su estrafalaria madre, ocupado en escribir una extensa y demoledora denuncia contra nuestro siglo, tan carente de teología y geometría como de decencia y buen gusto, un alegado desquiciado contra una sociedad desquiciada. Por una inesperada necesidad de dinero, se ve catapultado en la fiebre de la existencia contemporánea, embarcándose en empleos y empresas de lo más disparatado.
El libro me ha parecido una excelente crítica social contada a través del personaje estrafalario de Ignatus Reilly que es el perfecto antihéroe con momentos que hacen del protagonista un ser irónico, odioso y gracioso, todo junto y todo a la vez. Los personajes secundarios no tienen desperdicios y hacen que la novela sea en su conjunto irónica e hilarante.
Definitivamente un libro que debe ser leído a pesar de haber sido publicado hace más de 30 años. Además se trata de una lectura divertida, irónica e irreverente y con tan sólo 368 páginas por o que se lee en un plis plas. Vamos que este libro es un “must” para tener en la pila de libros pendientes.
¿Leíste este libro en el instituto? ¿Qué libros os hacían leer en aquella época?